2. Un aislamiento térmico perfecto
Sí, has leído bien. Las alfombras de lana, por ejemplo, son uno de los mejores aislantes térmicos naturales. Gracias a sus fibras y composición, este tipo de objetos son una barrera perfecta para el frío invernal o el sofocante calor del verano.
Una buena opción es colocar una alfombra enorme en tu salón, a pie de sofá y junto a una fuente de calor, para ayudar a calentar la estancia rápidamente.