Textiles

Si algo tienen los textiles, es que son capaces de cambiar por completo el look de nuestras estancias sin mucho esfuerzo. Sinónimo de calidez y sensación de hogar, llevan años jugando un papel fundamental en la decoración e inmediatamente nos hacen pensar en espacios acogedores y hogareños. Hay muchas maneras en las que estos textiles clásicos pueden convertirse en tu mejor aliado a la hora de devolverle la originalidad a las habitaciones. Tejidos de diferentes texturas, hilos de colores, pompones, patrones geométricos, orgánicos y fibras naturales. Hasta la habitación más sencilla puede convertirse en un espacio cargado de autenticidad, gracias a una alfombra o un cojín.

La clave está en saber combinar los colores. Para un salón blanco minimalista, los cojines en el sofá de estampados vegetales, o de diferentes texturas y tejidos, son un acierto total para darle un toque de vida sin que pierda su esencia sencilla. Y si en cambio, lo que buscas es aportarle amplitud a una habitación muy pequeña, los cojines lisos de colores claros aumentarán la luminosidad y crearán un punto de equilibrio visual.

Y qué mejor que combinar esos colores y esas texturas de los cojines, que una alfombra de fibras naturales. Las alfombras de yute y mimbre le aportan un carácter artesanal a las estancias. Son perfectas para combinar con plantas interiores y elementos decorativos naturales. Además, sirven para todo: dormitorios, salones, baños y pasillos. Al tratarse de figuras geométricas equilibradas, las de tipo cuadrado son ideales para salones con decoraciones geométricas, pues refuerzan su estilo equilibrado y balanceado. En cambio, las alfombras redondas transmiten una sensación más relajada, convirtiéndose en las aliadas perfectas de las decoraciones más orgánicas. 

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